H@R! : Heritage at Risk / Patrimonio en Peligro
INFORME MUNDIAL 2000 DE ICOMOS SOBRE MONUMENTOS Y SITIOS EN PELIGRO
INTRODUCCION
ICOMOS, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, es el órgano consultivo de la UNESCO en materia de conservación y de protección del patrimonio cultural mundial y en particular en lo referente a la evaluación de monumentos y sitios que han sido incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial, o cuya inclusión está en estudio. Con unos 6000 miembros agrupados en 107 Comités Nacionales y 21 Comités Científicos Internacionales, ICOMOS se encuentra también comprometido en la preservación de nuestro patrimonio mundial, siempre que se vean afectados monumentos, sitios o paisajes culturales definidos por edificios históricos. Conforme al preámbulo de la Carta de Venecia (1964), considerada como uno de los documentos fundacionales de ICOMOS, la preservación de testimonios vivos de nuestra historia está en juego: "Imbuidos de un mensaje espiritual del pasado, los monumentos históricos de generaciones precedentes permanecen hoy día como testigos vivientes de sus tradiciones seculares. Las personas son cada día más conscientes de la unidad de los valores humanos, y consideran los monumentos antiguos como un patrimonio común. El salvaguardarlos para las generaciones futuras se reconoce como una responsabilidad común. Nuestra obligación es dejárselos en la plena riqueza de su autenticidad."
Por supuesto, ICOMOS y muchos de sus Comités Nacionales, han participado desde siempre en batallas individuales para salvaguardar monumentos o para protestar contra la destrucción o la amenaza de edificios históricos específicos. En caso de catástrofes, también hemos dado nuestros consejos en el terreno mismo y hemos tratado de prestar ayuda, siendo un ejemplo las misiones del Comité Nacional griego en Kosovo, llevadas a cabo en los últimos meses. Pero prácticamente todos los días nos llegan informes señalándonos nuevas amenazas para nuestro patrimonio cultural, por ejemplo : la llamada de ayuda después de las inundaciones en Venezuela, o el informe reciente de EE.UU. por los incendios en el Parque Nacional Mesa Verde, cerca de las célebres viviendas trogloditas indígenas. Con el fin de estar mejor equipados para luchar contra dichos peligros, ICOMOS cuenta con un Comité Científico Internacional para la Prevención de Riesgos, encargado de estudiar las medidas de emergencia a adoptar en caso de terremotos, incendios u otros desastres. Además de la cuestión de la prevención de riesgos, una iniciativa de ICOMOS y de su director, Leo van Nispen, llevó en 1996 a establecer el Comité Internacional del Escudo Azul, una asociación entre ICOMOS y el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el Consejo Internacional de Archivos (ICA) y la Federación Internacional de Bibliotecarios y de Bibliotecas (IFLA). En las próximas décadas este Comité, que ha sido reconocido en el Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para la protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflictos Armados, puede convertirse en una especie de Cruz Roja para los monumentos y los bienes culturales históricos.
Pero nuestro patrimonio en peligro necesita soluciones ahora, antes de que sea demasiado tarde. Cuando ocurre una catástrofe, hay que saber enfrentarse a la situación, incluso si no se está totalmente preparado para asumir el riesgo. Nuestra iniciativa Patrimonio en Peligro, desarrollada por un equipo de Australia, Canadá y Alemania y respaldada por la Asamblea General de ICOMOS en México en octubre de 1999, constituye un primer paso trascendental en esta dirección. Sólo aquellos monumentos que han sido reconocidos y están inscritos como tales, pueden ser protegidos con medios legales. Por tanto, para poder prestarles ayuda en caso de riesgo, se necesita primero una información a nivel mundial sobre los peligros que amenazan a nuestros monumentos. Además, esperamos que el Informe sobre Patrimonio en Peligro inspire mayores compromisos a nivel nacional e internacional, genere nuevas iniciativas en cuanto a preservación y dé un impulso positivo adicional a las instituciones existentes, tales como el Escudo Azul apoyado por ICOMOS. El efecto debería también extenderse a fundaciones internacionales comprometidas en la preservación, tales como la Fundación Getty o el World Monuments Fund. Este último, patrocinado principalmente por American Express, ayuda a una selección reducida de monumentos, con la publicación cada dos años de su "Lista de los 100 Sitios que corren Mayor Peligro". Este buen ejemplo podría también influir en el ánimo de otros patrocinadores que operan a nivel internacional, ahora que crece la conciencia sobre la importancia económica de la conservación del patrimonio y su papel fundamental en el tan mencionado "desarrollo sostenible".
Con su primer Informe Mundial sobre Monumentos y Sitios en Peligro, ICOMOS espera no sólo ganar el apoyo moral del público de todo el mundo en la batalla contra todo tipo de amenazas, sino también alcanzar resultados prácticos en cooperación con todas las fuerzas interesadas en la preservación / conservación del patrimonio cultural. Como organización no gubernamental, ICOMOS puede identificar monumentos en peligro desde una perspectiva estrictamente basada en la preservación, al margen de consideraciones políticas; puede presentar con franqueza la situación absolutamente desesperada en la que se encuentra el patrimonio histórico en muchos países del mundo, y detectar precozmente tendencias peligrosas. Los tipos de amenaza que aparecen en los informes que aquí se presentan son de orden muy diverso. Por una parte, el patrimonio histórico construido de la humanidad ha estado siempre amenazado por desastres naturales como terremotos, tifones, huracanes, inundaciones e incendios, así como por la acción corrosiva de los elementos naturales y el ataque de insectos o plantas. Por otra parte, las guerras siguen causando terribles pérdidas: por ejemplo, las consecuencias de las guerras combinadas con confrontaciones étnicas y con campañas contra la cultura en la antigua Yugoslavia. Pero entre los desastres causados por el hombre también se incluyen las consecuencias de la contaminación del aire, del agua y de la tierra en el mundo entero, así como la destrucción de monumentos de piedra y metal a causa de la contaminación, que en algunos casos ha causado más deterioro en las últimas décadas que en todos los siglos anteriores. Las amenazas a las que se expone actualmente nuestro patrimonio histórico son incomparables con las de épocas anteriores, ahora que vivimos en un mundo que está experimentando cambios cada vez más rápidos desde las últimas décadas del siglo XX. Este rápido desarrollo que tiene lugar por la presión del crecimiento de la población mundial y por la progresiva industrialización, lleva a un consumo cada vez mayor de terreno, destruyendo no sólo vestigios arqueológicos bajo tierra sino también paisajes culturales históricos completos, y lleva también a ciclos cada vez más rápidos de demolición y de nuevas construcciones, con su peso concomitante sobre el medio ambiente.
Con este cambio social y económico, los edificios históricos que ya no se utilizan pasan a estar en peligro, amenazados por el deterioro o por la destrucción debida a una total negligencia. Incluso en el caso de edificios históricos rehabilitados, a menudo faltan medios para asegurar un mantenimiento elemental. A largo plazo esto también lleva a pérdidas. En muchos países, sin embargo, no sólo no se cuenta con los medios financieros para guiar este tipo de desarrollo hacia una continuidad cultural, tan importante para la identidad de un país, sino que también falta la intención política. Esto queda demostrado, por ejemplo, por la ausencia de una organización gubernamental que se encargue de la preservación y que cuente con expertos adecuados, por la falta total de leyes que regulen la preservación, o por la existencia de una legislación que no se aplica. La pérdida continua del patrimonio histórico se encuentra irremediablemente pre-programada si no se da una cierta protección por parte del sector público en beneficio del interés general. Sin protección suficiente, la criminalidad que opera en el trasfondo del mercado internacional del arte puede seguir desarrollándose: muchos sitios arqueológicos siguen siendo saqueados por excavaciones ilegales, y el tráfico ilícito de obras de arte representa una pérdida continua de bienes culturales que, desde la perspectiva de su preservación, deberían ser conservados en su emplazamiento original. No sólo pinturas, esculturas y objetos de sitios de culto se han visto diezmados por robos en muchos países, sino que actualmente se están destruyendo monumentos artísticos con el objeto de conseguir fragmentos destinados al mercado: templos dinamitados, esculturas decapitadas y frescos troceados.
Con o sin justificación económica, estos actos aberrantes de vandalismo tienen un efecto aún más grave a causa del arsenal de tecnologías destructivas disponibles hoy en día, en una época en que incluso el más recóndito rincón del mundo se ha vuelto "accesible". En algunos países, la industria del turismo, intrínsecamente ligada a monumentos, barrios históricos y paisajes culturales, constituye al parecer la única razón para proteger monumentos, al menos en cuanto puedan ser considerados como lugares de interés. Un turismo comunitario moderado, podría tener, desde luego, efectos positivos en la preservación. Pero el turismo masivo, del que han sido víctimas en las últimas décadas paisajes culturales enteros, representa ante todo un peligro. Es decepcionante comprobar que, a pesar de todas las garantías expresadas en las innumerables conferencias que han tenido lugar sobre el tema del turismo y la preservación, la industria turística siga sin comprometerse en este sentido, aun siendo actualmente, con sus ventas de miles de millones, el sector industrial más importante a escala mundial. El turismo explota el patrimonio cultural mediante un uso excesivo, a veces ruinoso (citemos algunas tumbas egipcias, por ejemplo), pero no aporta ninguna ayuda financiera para la protección y preservación del patrimonio cultural.
Finalmente, en el contexto de un mundo cada vez más "globalizado", dominado por presiones económicas cada vez más poderosas, la tendencia a regularizar todos los aspectos de la vida representa un factor de riesgo indudable para el patrimonio histórico. Naturalmente, con el nuevo "estilo de vida" mundial, la actitud ante testimonios históricos del pasado también cambia. Sin embargo, queda la esperanza de que en algunos lugares, esta misma tendencia a la "mundialización" provoque, por el contrario, una nueva toma de conciencia acerca de la importancia de los monumentos como testigos de la identidad regional y nacional. Esta tendencia también se identifica en las tradiciones artísticas y artesanales a partir de las cuales se ha desarrollado nuestro patrimonio histórico a lo largo de los siglos. Aún así, los productos masivos de la sociedad industrial que son distribuidos por todo el mundo representan una tremenda amenaza, porque continúan reemplazando a las técnicas tradicionales de los artesanos, impidiendo así la posibilidad de efectuar reparaciones con materiales y técnicas auténticas, que son de vital importancia para la preservación. Consideremos, por ejemplo, el reemplazo permanente de construcciones de arcilla y madera por estructuras de hormigón, del que han sido víctimas tantos "paisajes residenciales".
Además de la pérdida de las tradiciones artesanales, pérdida que debe combatirse en aras del desarrollo sostenible, los monumentos corren riesgos durante el trabajo de rehabilitación debido a la utilización de métodos y técnicas inadecuadas cuando no se dispone de profesionales debidamente cualificados y de otros especialistas de la conservación, cuando éstos son insuficientes o cuando faltan conocimientos técnicos en materia de preservación. Así, muchas medidas de preservación adoptadas con las mejores intenciones, fracasan simplemente por falta de competencia. Quisiera subrayar aquí que en la práctica, la preservación, el mantenimiento y reparación de edificios, que a menudo sólo requiere medios financieros modestos, es más importante que muchas rehabilitaciones de lujo o reconstrucciones extremas, que pueden de hecho dañar un monumento. Las restauraciones realizadas con exceso de celo en base a argumentos estéticos e incluso religiosos, también pueden representar un riesgo en determinadas circunstancias.
Con su iniciativa Patrimonio en Peligro, ICOMOS se preocupa de los monumentos y sitios en el sentido más amplio: no sólo monumentos individuales sino también diferentes tipos de bienes culturales inmuebles, como los sitios arqueológicos, las áreas y conjuntos históricos, los paisajes culturales y los distintos tipos de testimonios históricos, que van desde la prehistoria y la historia antigua hasta el movimiento moderno del siglo XX, así como las colecciones y archivos relacionados con los monumentos. Dada nuestra diversidad cultural, las amenazas y peligros expuestos anteriormente tienen desde luego un impacto muy diferente en las distintas regiones del mundo, y en algunas circunstancias solo suponen una amenaza para algunos grupos especiales de monumentos. Por ejemplo, están desapareciendo innumerables sitios arqueológicos en todo el mundo debido a la construcción de presas, siendo el ejemplo más espectacular el de la Presa de los Tres Cañones del río Yangtsé en China. En los núcleos urabanos son innumerables los barrios históricos que sufren procesos de renovación descuidados y a menudo totalmente carentes de planificación, así como la expansión urbana incontrolada hacia la periferia. Frente a la industrialización de la agricultura, la arquitectura vernácula se encuentra particularmente amenazada en muchos países, desapareciendo por completo o "sobreviviendo" a veces en unos pocos museos al aire libre. Los métodos de construcción que utilizaban arcilla, madera y piedra - materiales que se obtienen localmente (un factor de gran importancia para el desarrollo sostenible), que antaño definieron todo un paisaje cultural, y que actualmente representan un patrimonio histórico altamente desprotegido, que no se encuentra registrado en ninguna lista de monumentos - se pierden, cediendo la plaza a las construcciones de hormigón utilizadas en todo el mundo.
Pero incluso testimonios edificados de nuestra historia industrial, estructuras erigidas con lo que antaño fueron técnicas modernas y actualmente dignas de ser preservadas, plantean problemas difíciles para el conservador cuando su utilización original ya no es posible. Como lo indica nuestro informe mundial, incluso las obras maestras arquitectónicas del movimiento moderno del siglo XX están amenazadas por la demolición o la desfiguración. Los monumentos y sitios, barrios históricos y paisajes culturales incluidos actualmente en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO deberían en realidad figurar entre los monumentos fuera de peligro, pero nuestro informe indica que también aquí se observan casos de riesgo sustancial, además de y más allá de la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro realizada por la UNESCO. Un caso que apoya este argumento es el estudio que se presenta aquí sobre las condiciones de Pompeya. En general, la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial, establecida en 1972, sigue siendo uno de los pocos esfuerzos realizados con éxito en el ámbito de la política cultural mundial para salvaguardar el patrimonio histórico de la humanidad, e ICOMOS está orgulloso de trabajar con la UNESCO, en tanto que órgano consultivo. Sin embargo, se puede constatar una cierta desigualdad en la representación de países no europeos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, desigualdad que tiene que ver con el hecho de que la Convención exige (justificadamente) a los bienes que son objeto de la lista, no sólo una importancia excepcional, sino también normas de protección estatales adecuadas para los monumentos y su entorno, protección que desgraciadamente no existe en algunos países. Por lo tanto, por diferentes razones, en los futuros Informes sobre Patrimonio en Peligro pueden figurar las más importantes obras de la humanidad, "obras de valor único y universal", como se cita en la Convención de la UNESCO.
Construyendo siempre sobre los cimientos de la ya citada Carta de Venecia, ICOMOS ha redactado una serie de cartas y de directivas relativas a la conservación, universalmente reconocidas, principios cuya aplicación pueden ayudar a evitar los peligros y errores en el mantenimiento y la rehabilitación. ICOMOS está trabajando además para mejorar continuamente tanto la formación de los conservadores como la práctica cotidiana de la preservación. A través de sus comités científicos, ICOMOS apoya los avances a veces sorprendentes en determinados campos, tales como la prospección arqueológica, la investigación histórica de edificios o la protección de estructuras históricas. "Salvaguardar las Estructuras de nuestro Patrimonio Arquitectónico" es, de hecho, el tema de la conferencia que tendrá lugar este año en Belén, organizada en cooperación con la UNESCO.
El primer Informe Mundial sobre Monumentos y Sitios en Peligro, que será presentado en una conferencia de prensa internacional durante la reunión de Belén, anteriormente mencionada, debe ser entendido más bien como una llamada a todos los colegas activos en el campo de la preservación para intensificar sus esfuerzos, a todos los niveles, con el fin de desarrollar soluciones que convengan a las múltiples tareas prácticas con las que nos enfrentamos y para reforzar globalmente el trabajo profesional. En el campo de la conservación y de la restauración, que no se simplifica en la medida en que aumenta nuestro conocimiento, no hay lugar para activistas aficionados. Por el contrario, este campo representa más bien un desafío permanente para profesionales de diferentes ramas : arqueólogos, arquitectos, historiadores del arte, restauradores, científicos especializados y otros. En la última década, bajo la dirección de mi predecesor, Roland Silva, ICOMOS se convirtió en una organización de desarrollo global, activa en todo el mundo. Así, debemos aplicar los principios de la profesión, antaño orientada hacia una comprensión europea de la conservación, en la dirección de un esfuerzo "pluralista", adaptado a nuestra diversidad cultural. Y dados los retos que plantea la situación actual, más bien desoladora, que sin duda revela nuestro Informe sobre Patrimonio en Peligro debemos en primer lugar formular una pregunta crítica para cada medida de preservación : acaso esta medida sirve para la conservación de una parte auténtica de nuestro patrimonio histórico y lo preserva para las generaciones futuras, o por el contrario augura pérdidas adicionales en el tejido histórico y nuevos riesgos futuros?.
ICOMOS es desde luego consciente de la dificultad de hacer oir su voz - una voz que en las últimas décadas quizás no fue suficientemente potente- en una confrontación mundial entre la preservación y la destrucción de nuestro medio ambiente, dadas las inmensas posibilidades técnicas y los desmesurados medios financieros que directa o indirectamente contribuyen hoy a la pérdida del patrimonio histórico. ICOMOS es también consciente de que el Informe Mundial 2000 sobre Monumentos y Sitios en Peligro está aún muy incompleto. En el breve período entre la conferencia sobre el Patrimonio en Peligro que tuvo lugar a principios de julio de 2000, organizada por ICOMOS Alemania, con representantes de todos los continentes, y la conferencia de Belén, no todos nuestros Comités Nacionales han podido o podrán presentar su contribución. Sin embargo, opino que este intento inicial, primer paso rico en información, tenía que darse. El Informe Mundial 2001 contará incluso con más contribuciones, que podrán incorporar las críticas previsibles y el material complementario necesario aportado por nuestros colegas, y pondrá de relieve otros datos. Junto con una presentación permanentemente actualizada de nuestra iniciativa Patrimonio en Peligro, que estará disponible simultáneamente por Internet, una visión global de otras iniciativas en materia de conservación y su marco legal será igualmente difundida; un modelo de estudio de casos e presentado para el Reino Unido en la presente publicación. Las estadísticas referentes al número de monumentos protegidos en cada país serían de enorme útilidad, a pesar de que el censo sistemático de todos los monumentos del mundo (incluso bajo la forma de listas simples) debe seguir siendo una prerrogativa de las oficinas competentes del sector público (inexistentes por desgracia en muchos países). El inventario y la documentación completa de todos los edificios históricos mundiales, tarea para las próximas décadas, no pueden ser realizados por ICOMOS. En su Informe Mundial anual, ICOMOS no puede sino llamar una y otra vez la atención sobre los peligros actuales, ante el telón de fondo de las enormes pérdidas de monumentos del siglo anterior.
ICOMOS espera que el mensaje del Informe Mundial sobre Monumentos y Sitios en Peligro sea entendido como una llamada urgente al público de todo el mundo para comprometerse más que nunca en la salvaguardia del patrimonio cultural tantas veces invocada en otras tantas resoluciones y conferencias internacionales. También debemos estimular a nuestros Comités Nacionales para que hagan esfuerzos aún mayores para salvar nuestros monumentos. Nuestro trabajo debe tener resultados prácticos, y no contentarse con todo tipo de nuevas iniciativas, tales como los interesantes juegos científicos que nuestra sociedad de la información puede ofrecer. Incluso si hoy es posible crear una "red de patrimonio virtual", como lo proclamaba un informe reciente de la Sociedad Internacional de Sistemas Virtuales y Multimedia, no podemos dejar que nuestra historia, constituida de monumentos y sitios tangibles, sea reemplazada por la realidad virtual, por fascinante que ésta sea. El intento de preservar objetos reales auténticos como tesoros vivos de nuestra memoria, es parte de la esencia del hombre como "ser histórico", así como la reparación y la reconstrucción, preocupaciones elementales del hombre practicadas a través de los siglos, que nos llevan a las raíces de la teoría y práctica de la conservación. También podemos aumentar la fuerza moral de nuestras preocupaciones si nos tomamos en serio los retos a los que hace frente la práctica de la preservación globalizada y que están contenidos en el Informe sobre Patrimonio en Peligro. Esperamos sinceramente que el Informe sobre Patrimonio en Peligro de ICOMOS, sumado al material permanentemente publicado cada año y también difundido a través de Internet, llegue mucho más allá de los círculos especializados organizados dentro del contexto de ICOMOS, a todos aquellos para los cuales la preservación del patrimonio histórico es importante.
Michael Petzet